
Se lo pasó genial, seguro, primero porque se lleva fenomenal con Mateo, segundo porque se ha pasado los 2 días siguientes durmiendo a pata suelta sin rechistar. Menudo golfo.
La foto la hizo Héctor nada más llegar a casa después de recogerlo. Estaba yo más contenta de recogerlo que él de volver a casa, seguro. No hay más que verle la cara de cabreo que se gasta.
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